
De las manos de Areguá a los caminos del WRC: La historia de Paraguay en cada curva
ueno bank se destacó como sponsor oficial del WRC Rally Paraguay. Este evento fue histórico para el país, y para la entidad, la experiencia fue mucho más allá de la velocidad y la competencia. Fue una oportunidad para conectar la rica tradición paraguaya con un acontecimiento de talla mundial.
La arcilla y su magia
El barro de Areguá, que por generaciones ha moldeado la artesanía del país, se transformó en un testimonio de un hecho sin precedentes: la llegada del World Rally Championship a Paraguay. Esta no fue una coincidencia, sino un símbolo de la perfecta unión entre la historia y el futuro que se estaba construyendo.
En un gesto que honró la identidad nacional, los maestros artesanos de la Asociación de Artesanos de Areguá capturaron, en treinta platos de arcilla roja, los paisajes que formaron parte del recorrido del WRC en Itapúa. Cada plato fue una obra de arte que contó una historia, mostrando lugares emblemáticos como las Ruinas Jesuíticas, el icónico Tajy rosado, el Molino San José de la Costanera de Encarnación, el Salto San Rafael y el puente a Posadas, Argentina.
La elección de la arcilla roja no fue casualidad. Este material, que tiñó las manos de los alfareros y los caminos del interior, simbolizó la conexión perfecta entre la tradición y la modernidad. Cuando el mundo tuvo sus ojos puestos en Paraguay durante el WRC, las tradiciones se vieron reflejadas a través del trabajo de estos artesanos que, con sus manos, moldearon la identidad nacional por siglos.
Desde ueno bank, se celebró esta fusión entre la herencia cultural y la adrenalina del WRC. A la entidad le emocionó haber sido parte de un evento que no solo promovió el deporte, sino que también elevó el espíritu y la riqueza de Paraguay.
La arcilla y su magia
El barro de Areguá, que por generaciones ha moldeado la artesanía del país, se transformó en un testimonio de un hecho sin precedentes: la llegada del World Rally Championship a Paraguay. Esta no fue una coincidencia, sino un símbolo de la perfecta unión entre la historia y el futuro que se estaba construyendo.
En un gesto que honró la identidad nacional, los maestros artesanos de la Asociación de Artesanos de Areguá capturaron, en treinta platos de arcilla roja, los paisajes que formaron parte del recorrido del WRC en Itapúa. Cada plato fue una obra de arte que contó una historia, mostrando lugares emblemáticos como las Ruinas Jesuíticas, el icónico Tajy rosado, el Molino San José de la Costanera de Encarnación, el Salto San Rafael y el puente a Posadas, Argentina.
La elección de la arcilla roja no fue casualidad. Este material, que tiñó las manos de los alfareros y los caminos del interior, simbolizó la conexión perfecta entre la tradición y la modernidad. Cuando el mundo tuvo sus ojos puestos en Paraguay durante el WRC, las tradiciones se vieron reflejadas a través del trabajo de estos artesanos que, con sus manos, moldearon la identidad nacional por siglos.
Desde ueno bank, se celebró esta fusión entre la herencia cultural y la adrenalina del WRC. A la entidad le emocionó haber sido parte de un evento que no solo promovió el deporte, sino que también elevó el espíritu y la riqueza de Paraguay.
